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Martes, 18 de Marzo del 2025

EL CAMINO DEL MASÓN, UN VIAJE DE IDA Y VUELTA

EL CAMINO DEL MASÓN, UN VIAJE DE IDA Y VUELTA

 

Encontrarme de frente con la palabra V.·.I.·.T.·.R.·.I.·.O.·.L.·.[1] me ayudo a comprender que este viaje iniciático comienza en mi interior, y tiene como objeto reconocer mi verdadero yo, escudriñar en mi esencia, develar que soy un ser incompleto, una piedra bruta, imperfecta pero perfectible.

 

“Soy todo lo que es, lo que ha sido y lo que será y ningún mortal ha levantado todavía mi velo”[2], esta frase inscrita en el templo de Sais en Egipto, me ayudo a vislumbrar que la muerte juega un papel muy importante en este viaje de iniciación masónica, simboliza transformación, renovación y cambio, la convicción de que ese viejo hombre “Profano”, muere para dar paso a uno nuevo, un renacido, que cual recién bautizado, sus vestiduras son diáfanas e inmaculadas, es el principio de un nuevo estado de conciencia, una nueva forma de ver y percibir el mundo que nos rodea y de replantear el rol que jugamos en medio de este escenario, de responder al interrogante …Que plan tiene el G.·.A.·.D.·.U.·. para mí?

 

Contrario a lo que algunos puedan pensar, ser aprendiz masón no implica negarse a uno mismo, por el contrario, conlleva conocerse y reconocerse, o acaso como podría desbastar mi piedra bruta, sin antes reconocer que soy piedra bruta? 

 

Los masones operativos a través del “arte real” [3] dieron testimonio al mundo que, a través del talento, el trabajo, el esfuerzo y la dedicación es posible levantar monumentos dignos de alabanzas, como al Dios al cual fueron dedicados, pero hoy en vigencia de la masonería especulativa, con el mismo talento, trabajo, esfuerzo y dedicación, somos llamados a levantar templos a la virtud y cavar pozos sin fondo a los vicios y defectos humanos.  

 

Cual edificador, desbastar la piedra bruta, pulir mis imperfecciones, se han convertido en mi razón de ser, en mi pan de cada día, pero levantar el velo y ver la luz implica comprender que tan noble tarea de hacerla cúbica, geométrica y con forma útil no puede hacerse aisladamente, que si bien implica un ejercicio de autoconocimiento y autoperfeccionamiento, también permite entender que ya no estoy solo, que ya no soy huérfano y que por el contrario, tengo hermanos mayores en edad y experiencia que a través de su ejemplo y testimonio me llevan de su mano en esta monumental tarea de edificar mi templo personal.

 

Y… ¿Como edificar mi templo personal? Como aprendiz masón me fueron confiadas la Regla de 24 pulgadas que me permite medir que mis actos, pensamientos y sentimientos sean siempre rectos, el Martillo me muestra la justa medida de mi fuerza de voluntad para que, con precisión, dé geométrico pulimento a mi piedra bruta, y el Cincel que simboliza la Inteligencia que canaliza la fuerza del Martillo para que siempre sea su ejercicio constructivo.

 

Considero pertinentes las palabras del Apóstol Pablo [4] a la Iglesia en Éfeso en las que dice “…En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad…”

 

Finalizo mi trazado, tal y como señala el principio hermético del ritmo, cual péndulo y de manera cíclica, emprendo un viaje de ida y vuelta, fluyendo y refluyendo hasta compensar con virtudes mis vicios e imperfecciones, entendiendo así que el camino del masón, es un viaje de ida y vuelta… a sí mismo, a su interior.

 
 
M.·.M.·. Diego Mauricio Rodríguez Beltrán
Resp.·. Log.·. Acacia No. 23
 


[1] Palabra formada por las iniciales de la siguiente frase en latín: “Visita Interiora Terrae Rectificatur Invenies Ocultum Lapidum” que traduce: “Visita el Interior de la Tierra y Rectificando Encontrarás la Piedra Oculta”

[2] Rampérez Alcolea, Fernando.  El velo, la apariencia y algo demasiado grande. Comentario a los parágrafos 3 y 4 de El nacimiento de la tragedia, Pág. 49, consultado en:

 https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5270939.pdf

[3] Los historiadores de la Masonería llaman Arte Real al que cumplieron esos obreros y albañiles de la construcción durante toda la Edad Media (Siglos V-XV) y que formaban guildas y cofradías que se reunían periódicamente para confraternizar.

[4] Biblia Reina-Valera 1960, Efesios 4:22-24



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